miércoles, 27 de mayo de 2009

EL PAPA NO QUIERE PAGAR SUS IMPUESTOS

EL PAPA NO QUIERE PAGAR SUS TRIBUTOS

EL Papa estuvo en Israel hace algunos días. Sus voceros oficiales señalaron que su visita sería netamente religiosa. Fue todo lo contrario, porque Benedicto XVII desde que bajó del avión que lo trajo de Jordania, mantuvo un discurso político, abstracto por cierto, para no herir la susceptibilidad de los judíos o de los musulmanes. Hoy se sabe que el representante político de Cristo vino también en plan de negocios y arreglos terrenales relacionados con la deuda tributaria que tiene el Vaticano con el Estado Judío, pedir exoneraciones fiscales para sus bienes y exigir que le devuelvan ciertas propiedades.


Joseph Razinger, es el tercer Papa que llega a Tierra Santa. En los cinco días de visita, el gobierno movilizó a 80 mil policías para su seguridad personal y de su comitiva de 200 personas. Un despliegue extraordinario para un personaje mundial cuya feligresía en Israel no supera las 30 mil personas. La mayoría de ellos de origen árabe que radican en Haifa, Carmiel, Belén, Nazareth y Jerusalén.

Para su visita también le asignaron una ambulancia de cuidados intensivos, blanca, a la que le fue borrada la estrella roja de David, para no herir la susceptibilidad de alguien, nos imaginamos del papado. La organización de ambulancias de Israel se denomina Magen David Adom, su símbolo es una estrella roja de David. ¿Por qué la borraron? Nadie da la razón.



El peregrinaje del Papa, significó también un desembolso de 12 millones de dólares para acondicionar los lugares que visitó. La Municipalidad de Nazareth invirtió unos 25 millones de shequelines, unos 6 millones de dólares, en mejoras urbanas paras unas cuantas horas de estadía del representantes de Cristo

El 15 de mayo, el último día de su visita a Israel, Benedicto XVI mantuvo una conversación secreta por espacio de quince minutos con el Primer Ministro israelí, Beniamin Netanyahu. Un dialogo fortuito, que no estaba en el protocolo establecido con dos meses de anticipación. El Pontífice, al parecer, intentó hacer un nudo marinero sobre unos asuntos que en un futuro cercano serán muy difíciles de resolver. Temas que desconoce su feligresía.


¿Sobre qué hablaron los dos jefes de estado?



Seguro que este Papa alemán no habló en secreto sobre la negación del Holocausto Judío; ya es pública la postura del Prelado sobre ese tema. Y lo repitió en el Museo de Yad Vashem, cuando señalo textualmente que "los nombres de estas víctimas jamás sean olvidados, que sus sufrimientos jamás sean negados, olvidados o rebajados. Habló de los muertos y no de los asesinados, lo que significó que la prensa israelí le recordara, para su incomodidad, su juventud hitleriana

Benedicto XVI seguro que no dialogó en secreto sobre el muro que construye Israel en Cisjordania, muro que evita la entrada de terroristas suicidas; ya lo señaló ante las cámaras de televisión" de todo el mundo, que aquella muralla le causa "una dolorosa pena".

El Pontífice no conversó sobre el antisemitismo, que crece peligrosamente en el mundo. Seguro que no. Su peregrinaje a Israel expresa tácitamente la posición de la Iglesia Católica en ese tema: su preocupación y desacuerdo con la nueva persecución a los judíos en Europa y otras parte del mundo, incluso en Argentina y Venezuela.

El Vicario de Cristo no platicó con el Primer Ministro israelí sobre la crisis palestina-israelí; Lo dijo antes y lo repitió enérgicamente, momentos antes de subir al enorme Boeing del El Al, la línea aérea israelí, que le llevó a Roma…" que el estado palestino deje de ser un sueño y se convierta en realidad".

Los analistas políticos de este país, señalan que los quince minutos de charla secreta entre Joseph Ranziger y Beniamin Netanyahu fueron en torno tres puntos: la deuda millonaria por concepto de impuesto inmobiliario que el Vaticano le debe a las municipalidades israelíes; exoneraciones a las propiedades de la Iglesia Católica
y la entrega de bienes que supuestamente cree que son suyas. Pocos saben que la Iglesia Católica tiene más de 300 propiedades entre Israel y en los territorios de la Autoridad Palestina.



En Perú el impuesto inmobiliario se denomina Impuesto Predial o Autoevalúo; sólo un tercio de la población cumple con su pago. En Israel este tributo se denomina "arnona y casi nadie se exime de su pago, es un deber ciudadano que se cumple si o si. Solamente los jubilados, las madres abandonadas, los que padecen de alguna enfermedad terminal y los desempleados pagan una mínima cuota.

Hasta el 2007, el Vaticano le debía al Estado de Israel por Impuesto Predial la cifra de 300, 000,000 shekalim, 75 millones de dólares o 52 millones de Euros; Hoy en día la suma bordearía los 80 millones de dólares. Esta sería en realidad una de las razones para una obligada visita de Benedicto XVI a Tierra Santa.

Un asunto terrenal que no se resuelve en ninguna parte del mundo con ave marías, sino con protocolos diplomáticos, con concesiones políticas. Hoy la figura podría simbolizarse con un "hoy por mi, mañana por ti". La presencia del Papa en Tierra Santa le ha beneficiado al Vaticano como a Israel. Benedicto XVI, llega en un momento cuando el antisemitismo aumenta cada día en el mundo; su presencia podría mitigar en algo. Pero también ha mejorado la imagen del Papa.

Desde 1993, cuando se estableció las relaciones diplomáticas entre el Vaticano e Israel, delegaciones técnicas de ambos estados periódicamente se vienen reuniendo para lograr un acuerdo final; sin embargo hasta el día de hoy no hay nada nuevo; la Iglesia católica sigue siendo en Israel una entidad sin personería jurídica.

Un documento oficial del Vaticano señala que están bajo su control: 9 circunscripciones eclesiásticas, 78 parroquias, 11 hospitales, 192 centros educativos, 9 hogares para ancianos e inválidos, 11 orfelinatos, varias residencias. Casi la totalidad de estos inmuebles, valorizados en millones de dólares, se encuentran en los territorios palestinos; muy pocas hay en las ciudades israelíes con creyentes católicos.
Quiénes habitan en esos inmuebles?. El personal humano del Vaticano entre Israel y los territorios palestinos no es poca cosa. Para 130,000 seguidores hay 11 obispos, 406 sacerdotes, 1,171 religiosos y 134 seminaristas

De todas maneras, Israelí que ampara la libertad de culto, tácitamente exonerará del impuesto inmobiliario a los nueve templos católicos que hay en su territorio. Pero el Vaticano no esta contento con esa regalía; esta exigiendo exoneraciones para todas sus propiedades como hoteles, residencias, escuelas etc. Que le significan ingresos económicos.

En ese punto hay resistencia de las autoridades judías. Primero, que otras instituciones religiosas que tienen propiedades valorizadas en millones de dólares exigirán exoneraciones; pero también las autoridades israelíes temen que las propiedades de la Iglesia católica se conviertan en espacios extraterritoriales del Vaticano.

Como era de suponer, el Papa no ha perdido tiempo durante su visita para expresar sus preocupaciones institucionales. Ha solicitado también como una de sus propiedades el Cenáculo, el patio donde se cree que Cristo realizó la última cena.

Según los evangelios cristianos, Jesucristo navegó también por el Mar de Galilea. En este ritmo peticiones y sugerencias, el Vaticano podría en un futuro cercano considerar aquel espejo de agua como suyo. Una próxima reunión entre funcionarios de Israel y del Papa será en diciembre de este año.

Quien ha salido ganado con esta visita es el Ministerio de Turismo de Israel. La presencia del Papa en Tierra Santa significó una ganancia de 15 millones de dólares. El portafolio de Turismo no ha perdido tiempo; acaba de crear una página web en varios idiomas, incluyendo el español, ofreciendo una seductora ruta turística por todos los lugares cristianos que hay en Israel. Los paquetes ya están a la venta.

viernes, 8 de mayo de 2009

PERIODISTA Y SACERDOTE

EL ARROYO QUE YO CONOCÍ

Luego de varios días regreso al mundo urbano y mi primer acto cybercivilizado es averiguar que me deparó el pasado en mi PC. Mientras saboreo un buen café turco, ( !ya quisiera ese tal pepino Verea probar esta cafeína de ángeles!) me encuentro con el mail de siempre, el "que todo me cuenta sobre Iquitos" . Esta vez me pone al tanto del fallecimiento del sacerdote José María Arroyo.

Mi informante, que no es una persona vinculada a la prensa, ni al mundo de la cultura, me señala, textualmente, que la muerte de Arroyo fue una "novedad" en la prensa y en las autoridades. Luego de anunciarme otros datos, termina su mensaje con una frase "filosófica" que tiene visos de autenticidad: "solo se acuerdan de ti, cuando te mueres".

En la idiosincrasia actual, primero te mueres y luego se acuerdan que existías. Se fue Arroyo y "descubrieron" que vivía; porque este sacerdote, además de periodista, de una impresionante cultura, probablemente uno de los pocos que hablaba y escribía el castellano con propiedad y pulcritud, estuvo en los últimos años de su existencia olvidado de sus amigos mas cercanos y de los que dicen que le apreciaban; La "justificación" era, me lo dijo uno de ellos en Iquitos, que Arroyo ya no conocía a nadie.

Existir en el anonimato que te imponen los que dicen que te aman, debe ser más doloroso que una enfermedad incurable.

A una semana de su muerte sigo leyendo y escuchando los epitafios; todos me conmueven, y lo digo sin sarcasmo. Hay uno, publicado el 29 de abril en el diario La Región con el título:" Hasta pronto Chema". En la elocuencia biográfica, el redactor se confiesa amigo entrañable de JMAA; pero hay un párrafo final que me causa hilaridad. El autor de la nota, se pregunta desconsolado:
¿Por qué te has ido "Chema", por qué nos hundes en un océano de dolor y pena, negándonos tu egregia presencia?

Que desvarío! Hace seis años Arroyo comenzó con su inexorable partida, pero al mismo tiempo que "una nube blanca empezaba cubrir su memoria", su existencia fue sitiada en el olvido y el mundo viviente comenzó a irse de su lado. Corrijo la pregunta del desconsolado ¿ Por qué nos fuimos de tu lado, cuando más nos necesitabas? Y le respondo al mismo desconsolado Porqué somos cada vez inhumanos y frescos; ¿Qué océano de dolor y pena? puede causar una persona que murió necesitada de la fraternidad humana para soportar el Alzheimer que al final de cuenta le consumió hasta el alma. Arroyo se fue sin negar su egregia presencia, simplemente nos olvidamos de él.

Aun que no todos. Joaquín García Sánchez, aquel mago de la cultura regional, el impertérrito director de Kanatari, que presagiando los malos tiempos que le depararía a José Maria, promovió un reconocimiento público con una edición especial, el Nro. 1050, que salió publicado el 31 de octubre de 2004. El titular metafórico del suplemento fue y es: "De la cátedra al pueblo". Arroyo era del pueblo

Lo que si no dudamos es que su fallecimiento fue una triste novedad para aquellos feligreses de la parroquia de Bagazán, personas anónimas, comunes y corrientes de bajos recursos, que le saludaban con cortesía, incluso cuando Arroyo ya no podía responder mas que con una mirada vaga. Seguro que las lágrimas autenticas de esos pobladores no tienen semejanza con las lágrimas de los cocodrilos. El era, hasta antes de caer enfermo, el confesor de los moribundos del Hospital Iquitos. Alguna vez me contó que fue el único amigo que le asistió y acompañó hasta el último momento al poeta y periodista, Moisés Bendayán Cacique que murió en ese centro de atención. El no tuvo esa suerte.

Debo precisar que José María Arroyo, no era mi amigo en el término formal de la palabra, como para darme méritos y mandarme con alguna remembranza biográfica. No pasé de ser un amigo fortuito como tantos que tuvo. Yo le conocí a comienzos de los años noventa en la redacción del semanario Kanatari, cuando ya era un jubilado, por momentos impaciente, a cada momento renegón y con un capitulo propio en la historia de Iquitos. Eso si, conversábamos de algún tema de actualidad, siempre en forma breve.

El escribía la página internacional, A vuelo de Ronsapa, y otros artículos y yo fungía de reportero gráfico; creo que reemplazaba a José Álvarez. Cuando el director del semanario se ausentaba, que por esos años era frecuente, entonces era el que escribía los editoriales, definía el titular de la portada, el resto quedaba en manos de la señorita Julia Ramírez, aquella excelente jefa de redacción.

Buen amigo suyo lo fue el profesor Aurelio Tang Ramírez, otro que no tienes pelos en la lengua para encarar las cosas anormales que hacen los normales. Y de ese espécimen era José Maria, que renegaba de las "boberías (palabra suya)- y con otros calificativos- que hacía algún personaje conocido y citadino. Nunca le escuché vociferar alguna palabra soez.

Fue a mediados de los noventa que descubrimos que José María conversaba continuamente, y en voz baja, con algún ser misterioso e invisible que le seguía o le perseguía a todas partes. Su amena "charla" se interrumpía cuando alguien le saludaba o descubría que le observaban. Todavía no había indicios de aquella perversa enfermedad que años después se robara su semblante, su corazón y su espíritu.

Durante el tiempo que permanecí en la planta de Kanatari, me enteré de su existencia cotidiana. Alvaro Mesia, otro extraordinario redactor, me contó de su afición al radioteatro en los primeros tiempos de Radio Loreto; Aurelio Tang, me hablo mucho de su lado humano y de un Arroyo que donaba su sueldo de docente universitario al Hogar de la Niña de Loreto. Jaime Vásquez Izquierdo me dio detalles de su capacidad pedagógica; Vásquez Izquierdo también me confesó de ciertos vericuetos sentimentales con una dama ligada a la cultura; Lugo nunca fue, ni será una excepción. Jaime Olórtegui me referirió del Arroyo filosofo y filólogo; Alejandro Eléspuro me conversó sobre su erudición literaria; José Verea me platicó sobre el sacerdote amante de los finos cigarros; el poeta Javier Dávila me relató con gracia del sacerdote irreverente; el fotógrafo profesional, Augusto Falconi nos dijo, durante un desayuno ecológico en la casa del chino Tang, que Arroyo "era el padre más sincero, incluso, más que los demás"; "chispa" Elgegren definió al padre Arroyo, en términos humorísticos, como un cura pendejo.

Personalmente me sorprendía su capacidad de concisión en su redacción, no era amante del floreo y ni de los sortilegios verbales, ni de las frases chatarras; una debilidad de aquellos que no nacieron para poetas o se quedaron como meros copitas.



Hasta antes que el Alzheimer le consumiera, su existencia social transcurría entre tres puntos geográficos: su parroquia, el Café Express y la oficina de CETA. A esta última llegaba entre martes y sábado y permanecía menos de hora. La excepción eran los jueves que escribía su página. El ritual comenzaba a las 10 de la mañana, cuando entraba a la redacción. Dependía de la forma como habría y cerraba la puerta de esta oficina para definir si estaba malhumorado o de buen ánimo. Si lo hacia con violencia, sabíamos que andaba con le cerebro revuelto. Gruñía, incluso, hasta cuando se equivocaba de tecla.

Llegaba siempre acompañado de un paraguas y un maletín con recortes periodístico y algunos libros de consulta. De ese icono se inspiró el extraordinario caricaturista, Orlando López Videira, Lando, para un trazo de antología: un Arroyo, calvo y circunspecto que carga una carretilla llena de libros. Esa obra es parte de la colección privada de otro inquieto por la cultura, Mario Celi Alemán. No demoraba para concluir A Vuelo de Ronsapa; tras unas indicaciones con la jefa de redacción, se marchaba hacia su otro reducto, El café Expreso, .

En este recinto de mágicas conversaciones, Arroyo hablaba con más libertad y franqueza. Bebía una y otra tasa de café pasado, mientras departía con aquellos eslabones vivientes del Iquitos urbano de ayer y hoy. Charlas amenas sobre antiguos personajes, alguna anécdota añeja o historias habladas sin confirmar, como aquella que relató el Dr. Traverso sobre Manuel Clavero que fue obligado a romper la cashuera con el "America", en el combate del Caquetá, porque el Coronel Oscar Benavides le puso una pistola en la sien.

El mismo Arroyo nos relató con ánimo y burla que cierto día el entonces Alcalde de la ciudad, Luís Arana Zumaeta, olvidándose de su educación e investidura, persiguió a patadas al comerciante maltes, Víctor "pichico" Israel. Acusaba a Israel de vender a Colombia, en forma dolosa, por 200,000 soles, los títulos de propiedad, los originales, de los terrenos del Putumayo de Julio C Arana. Un relato ligado a la realidad y que lo confirma el Dr. Juan Bakula, en el prologo de la reedición, a través de Monumenta Amazónica, del primer tomo de "Colección de leyes, decretos, resoluciones y otros documentos oficiales referente al departamento de Loreto", de Carlos Larraburre y Correa.

En las tardes Arroyo volvía al café de Pedro Reátegui, se deleitaba y reía de buena gana con las ocurrencias del "Chavo del Ocho". Tal vez asemejaba su niñez, que fue pobre y dificultosa, con el personaje de Roberto Gómez Bolaño.

En el 2005 lo vi por última vez. Una fiel asistente, contratada por su Orden, se le ocurrió llevarle al Café Expreso. Saludaba con cortesía, estaba delgado, con una camisa blanca cerrada desde el primer botón; presentí que la realidad se le iba, su semblante ya no era de un Arroyo sobrio y seguro de si mismo, sino de un ser tímido que miraba a todos lados como quien busca sus pasos.